Cacao


El árbol del cacao o cacaotero es una planta de hoja perenne originaria de las selvas tropicales de las cuencas del Amazonas y del Orinoco. El nombre científico que se le da es theobroma cacao, proveniente del griego, que significa alimento de los dioses. Para los mayas el cacao simbolizaba el vigor físico y la longevidad y desde muy antiguo ya lo utilizaban con fines terapéuticos. Para los aztecas era un símbolo de sabiduría, ya que el cacao constituía una fuente de sabiduría espiritual, energía corporal y potencia sexual. En el México precolombino se utilizaban los granos de cacao como moneda de cambio (la palabra Cacahuati tiene su origen en el verbo comprar) y de ahí que se llamara también oro líquido por los españoles.

Los granos de cacao contienen más de trescientas sustancias importantes entre vitaminas, proteínas, minerales (como el potasio, fósforo, magnesio y selenio), taninos, oligoelementos, ácidos grasos esenciales, neurotransmisores (como la dopamina o la serotonina), antioxidantes (como los flavonoides y la epicatequina -de la cual recientemente se ha descubierto que reduce el riesgo de las cuatro enfermedades más comunes en los países occidentales: el derrame cerebral, el ataque cardíaco, el cáncer y la diabetes-).

Además de ser una increíble fuente de fibra, el cacao encabeza la lista de los alimentos con propiedades antioxidantes, por delante del té verde, el vino tinto o las bayas de Goji. Tradicionalmente se utiliza el cacao para curar el asma, diarreas, parasitismo, la malaria, cólicos y envenenamiento, tos, pulmonías, fracturas, heridas, erupciones, quemaduras, afecciones dérmicas, dolor de muelas, fatiga, anemia, arritmias, etc. Tonifica y estimula el sistema nervioso y es adecuado para estados de estrés y depresión, además de ser un muy buen antioxidante, capaz de prevenir la acción de los radicales libres sobre el organismo. Por su alto contenido en cromo ayuda a bajar de peso y a regular la cantidad de azúcar en sangre y es muy bueno para eliminar la retención de líquidos. Los flavonoides del cacao tienen un efecto protector sobre el sistema cardiovascular, ya que inhibe la oxidación del colesterol LDL, combate la tendencia a formar coágulos sanguíneos, regula las respuestas inflamatoria e inmunológica de las paredes de los vasos sanguíneos, regula el tono vascular, modera la presión arterial, etc.

El uso cosmético del cacao está cada vez más extendido, ya que en uso externo facilita el drenaje de las capas profundas y superficiales de la piel, tiene un efecto hidratante y emoliente y es muy adecuado para tratar la sequedad y las manchas. Sus propiedades exfoliantes, hidratantes y vigorizantes dan a la piel un aspecto más terso, suave, liso y brillante. El cacao ayuda a quemar grasas y actúa como potente reductor, antioxidante y anticelulítico. También mejora el estado de las articulaciones de las personas que sufren artrosis o artritis; ayuda a eliminar los dolores musculares, los edemas, inflamaciones, hemorroides, sarna, fisuras del recto, etc.

Además de que la manteca de cacao es un remedio casero muy conocido para la eliminación de cicatrices, actualmente este producto es muy utilizado para la elaboración de cremas y pomadas para el cuidado del cutis, tanto cremas limpiadoras como cremas adecuadas a todo tipo de pieles, y es muy empleado contra las grietas de los labios, de la cara y de los senos.


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